Primavera, la rosa, el delirio
poemas de horror al suicidio
cuantas noches se estrellaba
y yo era un niño que jugaba.
De la aventura que empieza
otro loco que tropieza
Su razón contra una piedra.
Un amante que perdona tu despiste
que lloraba de pasión cuando te fuiste
volveremos a intentarlo si regresas
y en el alma que me sepa a como besas
y eras de gualda amarilla
y eras de honor coleguilla
todos los sueños del mundo
no podrán con mi bandera
y maldito el que no la quiera
que tengo otro plan inmundo.
Y llamarme mogollón
que sea buena bonita y barata
que aquí por un duro se mata
cuanto más por un millón
y quiero saber que ha sido
la gente que no estudiaba
la clase que se acababa
la madre que me parió
que fue de aquellos amores
no tienen olor las flores
y el agua que lleva el rio
se va a los mares que no me río.
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